miércoles, 1 de abril de 2009

CONDECORACIÓN DE MAGALY MEDINA COMO “MUJER EJEMPLO”


Marzo, mes en el que se celebra el día de la Mujer Peruana, El congreso de la República tiene a bien reconoce su esfuerzo, a aquella que llena expectativas con su esfuerzo, labor, aporte social por este país que se encuentra en desarrollo.
Grande fue nuestra sorpresa al tener como ejemplo de mujer peruana a la conocida periodista Magaly Medina, especialista en el campo de la prensa amarilla, ¿Ésta señora merece el reconocimiento de mujer ejemplo?

Analicemos esta situación y demos primero por hecho que Magaly en su campo de periodista especializada en la prensa amarilla es muy buena que a pesar de no haber concluido sus estudios en la universidad por motivos económicos y personales, es una mujer inteligente que ha sabido llegar al puesto que está, sin tener un título profesional puesto, pero no olvidemos que para poder llegar a este lugar se ha valido de la comidilla sabrosa de la que ya estamos acostumbrados a escuchar y ver, los famosos “ampays”, estos llegan a inundar el morbo, imperando en la vida muy intima de personas que en la mayoría de casos no deberían estar en boca de todos.

Agradecer a una persona y mujer, que ayuda a desarrollar el morbo del chisme, a invadir la privacidad, sacar a la luz situaciones indecorosas, ¿es válido? y que a pesar de ello todas estas sean vistas no sólo por los adultos o jóvenes quienes sabemos que es lo que se muestra, si no demos también cuenta que son los niños quienes inocentemente adquieren esta información como si se tratara de la mejor información que los medios pueden brindar como aprendizaje.

Magaly Medina no ha debido de ser condecorada, definitivamente su aporte al Perú no es el mejor, no aporta nada cultural y demos cuenta que la mayoría del país se alimenta del morbo y que cada vez estamos retrocediendo, creando un país vacío en cultura y vacío en desarrollo social.
Esta mujer sólo quiere llenar de raiting su espacio, le importa llenar la mente de todos nosotros con la supuesta realidad, aquella que ella misma la hace nuestra, pero no ayuda a combatirla ni siquiera a dar mensajes de desarrollo. E incluso se burla de su fracaso con la justicia al decir “estuve en un internado de señoritas”
No es burla es una realidad que no se sabe cuando terminará, logrará más y más denuncias y cada una de ellas las irá perdiendo.

¿Qué esperamos de esta mujer, de su programa y de su “aporte” a la sociedad?

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